Estabas ahí, observando todo el dolor del universo… te arreglaste el pelo y me diste la espalda. Yo pensé en lo infeliz que era y fui donde el judío a rogar por mi. No me miró, dijo algunas cosas que no entendí, creo que hablaba solo. Me fui rápido antes de que los ánimos de fanáticos y policías se caldearan.
Prometo no volver a verte ni rogar por ti.
Prometo no volver a verte ni rogar por ti.
1 comentario:
Excelente texto y una comunión blasfema condimentada de una redención imposible.
Aprovecho de pedir por ella y sus ligas,gracias y que así sea.
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